Cuando me preguntan qué motiva a mantener una visión tecnológica a Nasar Ramadan Dagga Mujamad, como empresario y CEO de CLX Group, respondo lo mismo: el futuro. Y no hablo del futuro con autos voladores, sino del futuro que construimos con decisiones diarias, con pruebas y errores, con un poco de audacia, así con mucho trabajo de verdad.

Desde que entré en el mundo de la tecnología aprendí una lección simple: no se trata de lanzar gadgets bonitos o de enamorarse de la última moda en código. Se trata de leer el contexto, detectar señales antes de que sean obvias y preguntarse con sinceridad qué problema estamos resolviendo y para quién. ¿Tiene sentido?, ¿Escala?, ¿Aporta valor real?

Hacer por hacer no va conmigo, como CEO e inversor, prefiero probar una solución pequeña que resuelva algo real hoy, que además, tenga potencial para escalar mañana. Esa mentalidad pragmática es la que transforma experimentos en productos rentables y, más importante, útiles, durables en el tiempo. 

“Desde que inicié en este mundo, mi fortaleza siempre ha sido centrarme en el futuro; construyendo los buenos tiempos en innovación tecnológica, siendo puente para que los venezolanos mejoren su calidad de vida”, Nasar Ramadan Dagga, CEO de CLX Group, presidente de MultiMax

La tecnología es un puente, no un fin

La tecnología une lo que somos con lo que podemos llegar a ser. En tal sentido, podemos tener empresas más eficientes, personas con mejores oportunidades, procesos que antes eran un dolor de cabeza y ahora simplemente funcionan. Si la tecnología no mejora vidas, entonces estamos jugando al Monopoly con software.

“Lo que me motiva cada mañana es creer que una mejora mínima puede ser la chispa”. Un ajuste en un flujo, una automatización, una decisión estratégica con buen ROI pueden encender algo mucho más grande: equipos que rinden mejor, clientes que confían y organizaciones que dejan legado.

Al final, mi enfoque es claro y un poco escéptico: imaginar futuros posibles, diseñar la ruta y medir cada paso. Con ambición, sí —pero con criterio—. Porque soñar es barato; lo valioso es convertir esos sueños en cosas que realmente funcionen.

Futuro de la tecnología

Mi visión: De la innovación a la transformación

Para mí, innovar no es un destello inspirado; es una rutina bien hecha: disciplina, curiosidad y mucho trabajo en equipo. Tener una idea brillante es fácil; lo difícil (y lo que vale) es convertirla en algo que la gente use, entienda y con lo que, de verdad, su vida cambie.

Hoy sigo con la misma brújula. La inteligencia artificial y el Internet de las Cosas no me emocionan por la novedad; me interesan por el potencial tangible: ciudades que sienten y responden, hogares que consumen menos, servicios públicos más eficientes. ¿Estamos diseñando para el usuario o para el titular? Esa duda me empuja a priorizar soluciones con impacto medible, no solo con buen marketing.

Cómo navegar en la nueva economía digital

Si algo me ha dejado claro la experiencia, es que en tecnología quedarse quieto es el peor error que uno puede cometer. Todo cambia tan rápido que, si no te mantienes curioso y con ganas de aprender, te quedas atrás en un abrir y cerrar de ojos.

A los que están empezando su camino —emprendedores, profesionales, soñadores— quiero dejarles un consejo que me ha servido más de una vez:

Piensa en la solución, no en el producto. La tecnología no es la meta, es la herramienta. Lo importante es mirar alrededor, ver qué problema real tiene la gente y luego preguntarte: “¿cómo puedo resolverlo de una forma distinta y que pueda crecer?”

La gente siempre primero. Los proyectos, las empresas, los sueños… nada avanza sin un buen equipo. Y un buen equipo no se arma solo con talento, sino con valores compartidos, confianza y ganas de remar juntos. Cuida a tu gente, celebra sus logros, incluso los pequeños, porque ahí es donde está la verdadera fuerza.

No le huyas al cambio. La disrupción no es una amenaza, es la norma. Puede que ese producto con el que arrancaste no sea el mismo que te lleve al siguiente nivel, y está bien. La capacidad de adaptarte, de girar cuando toca, es tu arma más poderosa en este mundo que no se detiene.

Al final, el futuro de la tecnología no es algo que se espera sentado: es algo que construimos con cada decisión, con cada proyecto, con cada idea que pasa de papel a realidad. Y créeme, no hay nada más emocionante que saber que somos parte de ese futuro. 

Puedes seguir leyendo: Caramelos de Cianuro encenderá la CLX Night Run 4.ª edición ¡7K de pura adrenalina en Valencia!